Inundaciones del ´59

En abril de 1959 se comenzaron a desbordar varios ríos de Uruguay y Entre Ríos debido a lluvias torrenciales que arreciaron la región durante los meses anteriores
La situación en Uruguay se tornó particularmente crítica a partir de finales de marzo, cuando comenzó una casi constante lluvia que se detendría exactamente un mes más tarde...

Context

Esta inesperada situación desbordó las previsiones y los recursos, y generó una catástrofe nacional. Inundó poblaciones enteras, tiró abajo líneas telefónicas, alteró sustancialmente el sistema de transporte y creó serios problemas en el abastecimiento de energía eléctrica. Políticamente, Uruguay estaba inaugurando el primer colegiado del Partido Nacional después de casi 100 años de Gobiernos colorado. Según cuentan, a decir de Wilson Ferreira Aldunate esa era “la suerte de los colorados (…) lo opuesto a nosotros, los blancos, que llegamos al gobierno después de noventa años y empezó a llover tanto que no paró y se llevó por delante hasta la represa”.
No fue la primera vez que hubo crecidas históricas en estos ríos, lo más veteranos podrán recordar las inundaciones de 1941, 1925 y 1918, y si nos metemos en el S XIX encontramos problemas similares en 1825, 1844, 1888. Así como con los terremotos u otras catástrofes naturales, en Uruguay la memoria colectiva alimenta la liturgia de un país “sin riesgos”, lo cual, si seguimos a José Pedro Barrán, se conformó discursivamente entre 1850/1950.
En las décadas previas a este lapso la naturaleza controlaba al hombre y los nóveles orientales malvivían con eso. Barrán explica que “el Uruguay de 1800 a 1860 no tenía casi puentes, ni un solo kilómetro de vías férreas, los ríos separaban las regiones en el invierno durante meses (…)
Estamos hablando del Uruguay previo a la sociedad de disciplinamiento, que llegó con la migración europea que desde la segunda mitad del SXIX recibimos.
Sigue Barrán: “La noche era invencible. El calor y el frío eran ingobernables. El frío era el estado natural de todos los habitantes entre mayo y setiembre, y por eso deseaban tanto “el veranillo de San Juan”. 
Otro fragmento del mismo autor señala que “La 5 naturaleza era agresiva con el hombre. Los ríos no se podían vadear sino en puntos determinados y sus saltos y corrientes no habían sido disciplinados. Las ciénagas, los esteros y los bosques abundaban”. Es así que la construcción de la idea de que tenemos los desastres naturales disciplinados tiene más que ver con el avance urbano que hubo en el país que con un hecho de la realidad. Dicho en pocas palabras, estamos igual de regalados que cualquier otro país

No ha parado de llover

El epicentro de la problemática estuvo en la represa de Rincón del Bonete sobre el Río Negro. Otras zonas particularmente afectadas fueron el arroyo Tacuarembó Chico, donde se registró el máximo de 1200 mm cuando la lluvia promedio anual allí es de 1100 mm.
Esta inundación de 1959 agarró en plena construcción la Represa de Rincón de Baygorria, que terminó con severos daños estructurales en sus obras, que se vieron retrasadas debiéndose ser inauguradas por mediados de 1960.
Pero las inundaciones no sólo fueron en Uruguay sino también del otro lado del Río. Y esto es porque el Río Uruguay tiene un comportamiento hidrológico muy particular, que lo diferencia de otros cursos hídricos, como por ejemplo el Paraná
No sólo es un río más corto, además, se encuentra más encauzado en su estrecha sección transversal, y por eso la altura del agua crece con velocidad sin necesidad de grandes lluvias. 
Otros ríos como el Cuareim resultaron desbordados… en Tacuarembó y Durazno se dieron problemas similares y Artigas parecía engualichado porque salía de dos años de una sequía brutal y ahora tenía su capital inundada y con más de 4000 evacuados grandes daños, particularmente en las ciudades del litoral (Salto, Paysandú, Fray Bentos) y Rivera, que solo pudo mantenerse comunicada a través del ferrocarril. Frente a las ciudades de Salto y Paysandú, el nivel del río Uruguay subió 18 metros.
Se creó el Comité Nacional de Ayuda a los Damnificados, liderado por Óscar Gestido, quien luego sería Presidente, moriría sin completar un año de mandato y dejaría el país en manos de un infame Jorge Pacheco Areco
Por los problemas de abastecimiento eléctrico, cosechas y comunicaciones la industria entró en una crisis sin precedentes que duraría varios años
En Río Branco, el Río Yaguarón alcanzó los 6.6 m, su máximo histórico hasta hoy. Para tomar referencia, el segundo mayor nivel de este Río fue en 1984, cuando alcanzó los 6.45 m.
En Salto y Paysandú también el agua alcanzó alturas máximas en la historia, desde que se lleva registros. La segunda mayor altura en Paysandú (1941) fue de 8.95, más de 2 mts por debajo de 1959.
En Salto el segundo mayor registro hídrico también fue en 1941, cuando el Río llegó a los 16.25 m, casi 2 metros más bajo que en el ´59.
También es importante hacer la aclaración de que, desde que tenemos represas en la cuenca media y alta del Río Uruguay, especialmente (desde el `79) la de Salto Grande, la altura del río en ambos márgenes se ve afectada.
Las inundaciones se situaron al comienzo sobre todo zona norte de Uruguay. De hecho, en el sureste se organizaban colectas solidarias de víveres e insumos para mandar a las zona más afectadas. Durante la primer quincena de abril el sureste del país socorría al resto, luego el problema lo tuvieron ellos también
En los diarios montevideanos recién sobre el 8 de abril se comenzó a prestar atención a la crecida del Río Cuareim, que dejó incomunicado Artigas y obligó a la pronta evacuación de unas 2000 personas.
Posteriormente se fueron sumando otras inundaciones en el norte uruguayo, afectando Tacuarembó, Rivera, Salto, Flores y Durazno.
Fue cuestión de tiempo para que Paysandú (donde se contaron más de 100 manzanas de ciudad inundadas…), Río Negro, Soriano, Colonia, San José y Canelones también se vean afectados. Los temporales fueron tan intensos que no se pudo transportar la ayuda necesaria para palear la situación. Además, con la inundación se cortaban servicios básicos de luz y agua potable, además de que las rutas de comunicación de decenas de localidades quedaron anegadas, dejando a sus pobladores aislados

Mil horas

Ciudades como Fray Bentos y Mercedes se quedaron rápidamente sin agua potable, electricidad y teléfono. Ni por ferrocarril, carretera ni avión se pudo socorrer a sus víctimas, siendo posible dar alguna ayuda solamente a través de naves de guerra y lanchas. Además, Salto recibió unos 15.000 evacuados que cruzaron el Río Uruguay desde Concordia. 
En este caso puntual, así como en otros del interior uruguayo, fue importante la tarea de decenas de radioaficionados de ambas orillas. Ellos cumplían con una valiosísima actividad canalizando informaciones y pedidos de ayuda, porque allá donde el empuje comercial de los medios masivos de comunicación no llega, aparecen iniciativas individuales no centradas en réditos económicos. No era raro escuchar trasmisiones de radios “piratas” en las que médicos daban instrucciones para curar picaduras de víboras y prevenir distintas enfermedades. Finalmente, muchas de estas emisoras improvisadas dejaron de funcionar, al meterse las aguas en sus recintos.

Paso de los Toros

Cruzada la mitad de abril y con las inundaciones en su peor momento, el Poder Ejecutivo aprobó Medidas Prontas de Seguridad. El agua ahora hacía estragos en Treinta y Tres, donde el Olimar creció más de 6 metros. Pero el epicentro de los problemas comenzaba a tomar forma y se llamaba Paso de los Toros. La represa cercana a la ciudad fue parcialmente tapada por el agua quedando inutilizable. De ese modo el lago artificial de Rincón del Bonete creció desmedidamente, a pesar de los desesperados intentos por desalojar el agua a través de las compuertas de esta represa. La represa, inaugurada hace un par de décadas, superó todos los caudales calculados en el proyecto del ingeniero alemán Adolf Ludín. Ya hubo un informe sobre el faro y la represa construida por ingenieros nazis en Uruguay, que incluyó una escuela donde flameó la bandera del imperio alemán y una carta de felicitación firmada por el mismísimo Hitler... Se hizo complicado saber qué sucedería durante esos días ya que este tipo de contingencias no estaban previstas y se temía que la presa se rompa, inundando así la cercana ciudad de Paso de los Toros
Dinamitar el dique
Así fue como UTE, propietaria de la Central, y el Consejo de Gobierno nombrado para esta ocasión, dinamitaron un terraplén, lo cual no pudo evitar el desborde del dique. Las aguas, no solo lo sobrepasaron… inundaron la sala de turbinas y generadores y dejaron Paso de los Toros y Mercedes parcialmente anegadas.
A los pocos días la situación volvió a ser dramática allí y finalmente se realizó la evacuación de unas 12.000 personas, todos habitantes de Paso de los Toros y zonas aledañas, ante el temor de que la presa, construida hace menos de 15 años, ceda y una gigantesca ola destruya todo a su paso. 

Las inundaciones llegan al sur del país

Por esos días un tremendo temporal en el Sur del país azotó Montevideo con vientos de hasta 140 km/h; dejando varias zonas de la capital anegadas, fundamentalmente por la crecida del Miguelete. Oficialmente ya más de las ¾ partes del país tenían problemas relacionados a inundaciones. Ese mes llovió el doble del máximo previsto de lluvias. 
El entonces Cnel, Liber Seregni, que sobrevoló Paso de los Toros en helicóptero junto al general Enrique Magnani recordó años más tarde su encuentro con los operarios de la presa:
“Tuvimos, en la tardecita, una reunión con los ingenieros para ver si ellos se comprometían a declarar ‘la presa no va a romperse, no puede reventar’. ‘Ustedes se comprometen, firmen un documento’, les dijimos. Me acuerdo que fue una cosa de mucha tensión; nos pidieron un cuarto intermedio. Estuvieron reunidos como media hora, y finalmente, con toda la seguridad técnica que tenían, desde el punto de vista documental no quisieron responsabilizarse”
Rincón de Baygorria
La Ruta 5 fue testigo de un exilio de evacuados que cargaban las pocas pertenencias que podían llevar y acampaban donde podían. Otro contingente grande de isabelinos abordó un tren rumbo a Montevideo pero se iban bajando en distintos pueblos, donde generosos compatriotas los recibían. Carpas improvisadas con sábanas, frazadas y trapos comenzaron a crear campos de refugiados, y pueblitos vecinos como Peralta o Achar vieron triplicada su población en 24 hs. 

Siempre que paró, llovió

Por finales de abril la situación comenzaba estabilizarse y los evacuados ya estaban mejor cubiertos. 12 días después de declaradas las Medidas Prontas de Seguridad (que seguirían vigentes un par de meses, ya que estamos te reprimo si te hacés el loco…), las lluvias se calmaron y el país retomó su habitual ritmo cansino. Entre las ayudas internacionales que recibimos me llamó la atención que tanto EEUU como Cuba, a través de un entonces joven Fidel Castro, tendieron su mano amiga con el pueblo uruguayo. Castro, de hecho, estuvo de visita en el país y donó 20 mil dólares para los damnificados. Se trataba del novel líder de la entonces incierta revolución cubana (tomó el poder de Cuba el 1/1/59…). 
Sobre finales de abril, la población fue volviendo a sus hogares pero se encontraron con un panorama desolador de casas destruidas, animales sueltos o muertos en las calles, o muebles encima de los árboles. 
Un vagón del ejército ubicado a la entrada de la ciudad hacía sonar una ridícula y tarantinesca música brasileña que intentando levantar la moral de las víctimas no hacía otra cosa más que molestar. Vuelvo a las palabras de Líder Seregni para resumir las sensaciones del momento:
“Se dividió el pueblo en porciones y se llamó, por la prensa y las radios, a los pobladores para que fueran volviendo a sus hogares. Fue dramático. La noche en que regresaron los primeros pobladores, fue de los momentos más difíciles y tristes que pasé en mi vida”
Literalmente hubo que reconstruir Paso de los Toros. El Censo Nacional de las viviendas damnificadas por las inundaciones, indicó más de 9000 viviendas afectadas por la tragedia. 

“Un desastre en el sentido sociológico es, por tanto, una falla en la estructura social o la organización de un sistema social provocado por un evento ambiental que está fuera del rango de la capacidad de adaptación del sistema”
Bates y Peacock, 1989

Además, los cultivos de arroz, girasol y maní quedaron estropeados. Otro cultivo dramáticamente afectado fue el de papas, y esto es curioso porque antes de las inundaciones los productores estaban en huelga de hambre reclamando mercados regulados para vender una cosecha enorme que habían realizado
Uno de los temas políticos de 1959 era la huelga de los productores de papas pero las inundaciones echaron a perder toda la producción
Un editorial del Diario Acción apeló a la ironía:
Para terminar, señalar una teoría conspirativa hermosa que se leía por esas épocas e indicaba que el exceso pluviométrico de la región era culpa de una serie de pruebas nucleares que los británicos habían hecho cerca de las Islas Malvinas.

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