Maldades, gatos, amenazas, vecinas y anónimos.
Lo que más me sorprendió de este enfermizo cartel, propio de un asesino de una película, es lo compleja y rebuscada que era la acusación de que la señora se cree "salvadora" de un gato, que se lo adueñó y en definitiva, le dio un techo y comida, supongo, lo cual a priori es bastante bueno, en realidad.
La complejidad de ese concepto de "maldad" me dejó pensando, qué es eso a lo que llamamos "ser malo".
Y hay hijoputeces que no tienen una forma definida, al parecer. Van mutando y aumentando su tamaño en función del punto de vista del observador. ¿Quién no tuvo una persona jodida en su familia? Yo sí, y la vas piloteando, te hacés el boludo la mayor parte del tiempo posible para evitar cruces, al tiempo que también vas teniendo a raya a ese familiar, porque si bien son familia vos sabés que no es de fiar.
Nuestro criterio para considerar que una persona es mala suele estar asociado al cariño que le tenemos a la persona, y eso enturbia la cancha. Yo creo que el problema con la vecina de la foto no es por el gato sino por algo más. Estuve tentado de tocarle timbre a la señora para conocer sus impresiones sobre la amenaza que le dejaron en la puerta de su casa, pero por un momento pensé que tal vez tengan razón y se trate de una vieja de mierda, así que preferí ahorrarme el disgusto de conocerla.
Otra cosa que me gustó es el final de la carta, la necesidad de validar las amenazas con una firma que, a todas luces, se le había olvidado al vecino ofuscado. Por omisión o por rabia, quien profiere las amenazas consideró necesario poner alguna especie de remitente e la misiva, de lo que se desprende que el mismo apareció como necesario para legitimar el contenido de la carta.
¿Qué valor damos al anonimato?
¿Por qué un comentario anónimo es menos válido que uno con autor?
No voy a ahondar en esta cuestión ya que esto es un posteo en un blog y no una tesis psicológica pero me parece importante cuestionarnos si el anonimato desacredita de por sí una opinión, cualquiera esta sea. Me animo a intuir que hay opiniones que se desacreditan solas, tanto da si son firmadas o no.
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