A PRISION EDUARDO FERRO, REPRESOR URUGUAYO

Ferro, antes y después
La jueza Silvia Urioste procesó con prisión del coronel retirado Eduardo Ferro por el asesinato de Óscar Tassino, haciendo caso al pedido del fiscal Ricardo Perciballe. Vamos a conocer quién es Ferro, me gusta que entiendan que no es que “persiguió 3 comunistas” y ta.

Identikit

  • Eduardo Augusto Ferro Bizzozero 
  • Uruguayo
  • Divorciado
  • Documento Nº 1.113. 451-7
  • Apodos: "Oscar", “Llamarada”, "Guillermo" o "El Toto
  • Último domicilio conocido: calle Octante 29 S/N, Barrio Pinares, Maldonado
Coronel (r), Ferro se educó en la Escuela de las Américas (centro manejado por el Gobierno de Estados Unidos en Panamá, fundamental para la coordinación represiva de la época dictatorial) y fue jefe del Batallón de Contrainteligencia Militar, integró el SID y la OCOA.
Se lo señala como autor material del crimen de Fernando Miranda y tuvo dilatada actuación en Argentina, dentro del marco del Plan Cóndor, donde, según crónicas, torturó a Andrés Bellizi y Jorge Goncalves. También fue quien dispuso del cuerpo de María Claudia García, la nuera del poeta Juan Gelman, secuestrada embarazada en Argentina y asesinada.
El CV de Ferro es amplio, participó en el traslado Brasil-Uruguay de Universindo Rodríguez, Lilián Celiberti y sus dos hijitos, secuestrados en el país vecino en 1978. Esa operación se hizo junto al capitán Yannone y se llamaba "Operación Zapato Roto", el objetivo de la misma era Hugo Cores. Ferro fue parte de quienes torturaron a estas 4 personas (porque secuestran, apuntar con armas, golpear y alejar a dos niños de sus padres es una tortura para ambos, para los padres y para los niños) para que den información. 
Me gusta contarlo para que algún caído de la cama entienda que la dictadura no sólo se ensañó con “terroristas” como les gusta decir, agarraban a cualquiera que ande por la vuelta y le hacían cualquier aberración, no les importaba nada. No alcanzaba con “portarse bien” para no caer. Esta detención ilegal en Brasil de estos refugiados con autorización de Naciones Unidas fue un escándalo en esa época. Brasil ya no era como Argentina, no te podías manejar con tanta impunidad. Celiberti y Rodríguez terminaron en la Fortaleza de Santa Teresa, donde les hicieron submarino, les dieron palizas y hasta hicieron simulacros de fusilamiento. Rodríguez ha contado que “Ferro sacó la pistola, la cargó, y me dijo ‘Esto es muy sencillo, termino este cigarrillo y te limpio…
Uno de sus hijos, secuestrado en esa ocasión, publicó esta desgarradora carta, la carta de un niño cuya inocencia fue robada por un Estado Terrorista. 

No dar vuelta la página

Entrando a declarar por sus crímenes
Para Ferro, “hay que dar vuelta la página, sin vencidos ni vencedores”, como ha declarado. Sin embargo su impunidad le ha permitido durante décadas organizar encuentros de camaradería de retirados de todo el país. Encuentros en los que el souvenir de recuerdo por participar era una bala de las que usaban en los 70. Crónicas lo señalan como amigo personal de Enrique Antía. En sus épocas de subalterno se lo conocía por ser especialmente violento. Supo ser sancionado por golpear a un superior. Y teniendo un cargo cuentan que una vez le pegó mal a un soldado que terminó en el Hospital Militar. Jorge Zabalza fue claro cuando contó que el entretenimiento de este sádico en 1979 era mandarlos a él, a Raúl Sendic (padre) y Julio Marenales a bañarse mientras les hacía toda clase de aberraciones para molestarlos y generar cualquier mínima reacción que motive un castigo peor aún.
Según dictamen judicial, Ferro tuvo activa participación en "el gran operativo contra el PCU del año 1975”, se trata de la Operación Morgan, una operación criminal y delictiva.
Tassino, el dirigente sindical de UTE y militante del PCU asesinado por el que fue juzgado, fue asesinado junto a Ernesto Ramas y a Jorge 'Pajarito' Silveira. Tanto él como otro detenido clandestino fueron sacados de una casa ubicada en Máximo Tajes. Los encapucharon, maniataron y se los llevaron como reos a “La Tablada” un centro clandestino de tortura.
En esa casa armaron una 'ratonera' por dos días, dejando privados de libertad a los dueños a la espera de la eventual llegada de otras personas. Como no vino nadie más liberaron a ese matrimonio, no sin antes indicarles que en 48 Hs se tenían que ir del país o los mataban.
Tassino, de 40 años, murió durante las torturas. Es un desaparecido más que el Estado uruguayo no pudo esclarecer aún. La prisión de Ferro llega después de varios recursos que el exmilitar intentó interponer. Porque esa es otra característica de estos valientes militares, cuando viene la justicia se asustan y dilatan todo al máximo.

Como rata por tirante

Ferro estuvo 3 años fugado en España, donde fue ubicado en 2017, pero también pudo escapar de las autoridades de ese país. Lo cual motivó esta carta de repudio del Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay (IELSUR)
Carta de IELSUR

Terminada la dictadura Ferro no perdía las mañas. Espió partidos políticos, sindicato y organizaciones sociales en plena democracia. Héctor Erosa Pereira, militar (r), declaró que en varias ocasiones Ferro le ordenó realizar este tipo de tareas y él se negó, por lo cual fue sancionado. Tambión detalló que esto ocurrió durante Presidencia de Lacalle (padre) y el segundo mandato de Sanguinetti. El exmilitar además dijo que se lo contó personalmente al exministro de Defensa Nacional, Raúl Iturria. Erosa indicó que hasta hace algunos años no tenía cómo respaldar sus dichos, cosa que cambió con la aparición del archivo Castiglioni. “Hoy con esa prueba puedo determinar las actividades ilegales que hacía (Eduardo) Ferro”, dijo. El ex militar aseguró que entre 1990 y 1996, en el Batallón de Ingenieros de Combate Nº 2 de Florida, que en aquel momento estaba a cargo de Eduardo Ferro –quien fue detenido en España en 2017–, se utilizaron “todos los medios, materiales y económicos”, de esa unidad operativa “para realizar una operación de inteligencia, espionaje, seguimientos, escuchas, invasión de propiedad privada de personalidades políticas, civiles y militares de la época”. Además, señaló que en ese batallón se realizaron “entrenamientos armados a grupos de personas externas a la unidad militar”, pero con armas y munición de esta, “así como también con armas provenientes de la Compañía de Inteligencia y de otras procedencias”, denuncia que se corresponde con el accionar de un ejército paramilitar. Erosa luego de denunciar estos hechos en la Justicia Militar comenzó a ser objeto de una “persecución” que durante siete años obstruyó su carrera, hasta que la terminó con un pase a retiro obligatorio, “por una supuesta enfermedad” que según aseguró nunca contrajo. Erosa, quien además fue amenazado de muerte, también afirmó que durante el mando de Ferro se manejaron en el batallón “fuertes sumas de dinero, así como vales de nafta que eran cambiados por dinero en efectivo en estaciones de servicio de ANCAP del interior y de la capital”. 
Contó que llegó a recibir órdenes “muy delicadas” de Ferro, entre ellas “tomar medidas con un capitán que él declaraba que era comunista”, y “matarlo” en un operativo como si fuera “un accidente”. Erosa aclaró que obviamente se negó.

Sin perder las mañas

Terminada su carrera militar, Ferro tuvo un pasaje al ámbito laboral privado. En 1998, trabajó en una empresa de seguridad integrada por militares y contrabandistas.
No lo digo yo sino una nota de Ivon Trías y Carlos Amorín en Brecha, que denunció a Ferro como miembro de una sospechada agencia, "Federal Seguridad", propiedad del empresario Miguel Sofía, a quien se vincula a los Escuadrones de la Muerte que actuaron en los setenta.
Años más tarde, Ferro volvió a aparecer, ahora como "operador" del contrabandista Washington Resola, recordado por querer coimear a principios de la administración Jorge Batlle, a Víctor Lissidini, en la Dirección Nacional de Aduanas.
Ese es Eduardo Ferro, por eso está preso. 

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