Bitácora felina

Hoy podemos decir que la vida de Piner no sería lo mismo sin Loopita. Su vínculo es de protección y dependencia mutua. Los espacios que alguna vez Piner resguardó como sagrados sepulcros de su pertenencia hoy son en casi todos los casos compartidos. La inexplicable idea de vivir encerrado en un Dpto durmiendo, comiendo y recibiendo mimos ahora adquiere otro sentido gracias a la presencia de un par, aunque ninguno de los dos tenga muy claro para qué se existe, o seguramente se lo cuestione siquiera. 

Los únicos lugares donde no existe este código de uso del espacio pasan por preferencias de uno y otro, más que por límites que se quieran imponer. Esta libertad no significa que otro tipo de vinculo esté mal pero si indica que lo que alguna vez fueron peleas hoy son lamidas mutuas, juegos y ronroneos melosos. 

Tiempo, espacio y quererse; eso es un gato.  

 

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