Conclusiones de una charla exótica

Entendí que no se trata de ser estoico ni de estar inmaculado. No hay tantos rituales, en realidad se trata de dar forma al vacío. Hoy la pata de la cama me habló mientras dormía. Se retorció de dolor sobre sí misma y dijo:

- Si te doy una orden y no te explico mucho ¿me hacés caso?

Asentí asombrado y en silencio. Más por imprevisibilidad que por convicción.

- Frágil y poderosa como una catarata, criatura incompleta pero infinita, de forma tal que no importa cuánto completes tiene un tamaño tal que siempre requerirá de tu energía. Cuidala como si fuese parte de tu sangre, la tenés que custodiar porque algo terrible sucederá al universo si incumplís tu misión. Tenés que ser sus labios cada vez que te necesite, sus manos en todo lo que te permita estar y, de ser necesario, mostrarle que los parpadeos siguen dibujándose sincronizados tal primer día. Debés celebrarla cada vez que venga como marea, amarla cada vez que se vaya mareada por la orilla, agradecerla en cada despojo mundano y absorber cada lágrima diáfana que vierta. Profesale tu mejor caricia cuando te la pida, dedicale tu último poema cuando no lo escuche, reviví sus piernas cuando estén exánimes y completá su cuadratura si su cuerpo se desconfigura. Es de vital importancia que hagás lo que te estoy diciendo; en el suspiro fértil de vitalidad creativa de esa Moira que teje sueños cinemáticos y crípticos reside la única esperanza de nuestra dimensión. Todos estamos condenamos irremediablemente a morir repitiendo esta insignificancia miserable de sostener algo y servir de apoyo, a repetir estos patrones que no delineamos sin inspirar más nada... todos lo hacemos y lo vamos a hacer, pero ella no, ella será la inspiración para el resto de lo que existe.»

Desperté convencido de que mi función en este sitio está un poco más clara, eché manos a la obra, me levanté y te dejaste abrazar en un instante eterno.

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