El Tesoro de las Masilotti

Clara Masilotti
Cuando el cardenal italiano apostado en Chile Juan María Mastai-Ferretti visitó Montevideo por 1820, tuvo un romance con una uruguaya. Con ella tuvo un hijo y luego volvió a su Italia natal. Mastai se convirtió en 1846 en el papa Pio IX, también conocido como “Pio Nono” y entre sus vínculos estaba el héroe franco-italiano Guiseppe Garibaldi.

Héroe del viejo y del nuevo mundo

Garibaldi
Garibaldi es uno de los principales artífices de la unificación de Italia. Condenado a muerte por luchar para que Italia sea unificada, fugó a Sudamérica donde la situación era opuesta y las colonias buscaban emanciparse y dividirse. Su parabellum sudamericano lo trajo a Uruguay, donde se enfrentó a Oribe y condujo una tropa de mercenarios italianos aliados a Rivera, obteniendo victorias en Colonia del Sacramento, Gualeguaychú, la defensa de Montevideo y Salto. Su historia tiene matices, lo mismo puede ser visto como un héroe del Partido Colorado como héroe patrio o un saqueador, pirata y traficante de esclavos. Garibaldi es un personaje complejo que inspiró varios libros y uno de los primeros monumentos a una persona autorizados en el Montevideo post-colonial (el primero fue a Artigas, claro). Despertó pasiones en Inglaterra con su ejemplo revolucionario, intensas como para que la camiseta del Nottingham Forest esté inspirada en las camisas rojas que los partidarios de Garibaldi usaban.
El escritor francés Alejandro Dumas lo bautizó como “Héroe del viejo y del nuevo mundo", además de afirmar que "en su vida cabe todo el siglo XIX". 

El Tesoro

Los diarios hacían chistes
Entre 1832 y 1835 se construyó el Cementerio Central. El arquitecto italiano que lo diagramó, Carlos Zucchi, ya había trabajado en la Plaza Independencia y el Teatro Solís. Él pensó los tres cuerpos y la lógica del lugar, con túneles subterráneos similares a los que sus otras construcciones tenían. 
En 1878 “Pío Nono” murió y legó en manos de este Garibaldi, compañero masón, un supuesto tesoro como obsequio para su hijo. Ese mismo hijo, décadas después sería el padre de las hermanas Masilotti.

¿En qué constaba el tesoro? 

Según el inventario que poseían las Masilotti
  • Un boceto de Miguel Angel, pérdido por siglos, de una estatua que hizo de Julio II, el papa guerrero.
  • Esculturas griegas y romanas de la época clásica.
  • Monedas de oro, joyas, coronas y calices.
  • Documentos españoles originales del S XVI.
  • Cascos de plata incaicos y marcaras de la muerte
  • Placas de oro con relieves y figuras de sacrificio de 6 pulgadas del imperio Inca.
Al parecer fue escondido en la casa de Garibaldi y cuando Rosa, su pequeña hija de dos años, murió, recibió sepultura en el Central. La leyenda sostiene que dentro del cajón de la niña metieron las reliquias pero su tumba nunca fue abierta… se le podría pasar un detector de metales pero  tampoco se ha hecho.
El padre de las hermanas Masilotti volvió a Montevideo en 1904 y excavó clandestinamente una noche. Resultó descubierto y como pensaron que era un saqueador (suponiendo que no lo era) le dieron un tiro en la cadera. Atrapado en plena guerra civil uruguaya, escapó del país a Estados Unidos y sin poder actualizar debidamente el plano del tesoro que la familia Garibaldi le había legado. Así fue cómo se perdió el rastro del tesoro.

La ciudad agujereada

Los bares ofrecían menús “Mazzilotti
Días antes de la Navidad de 1950, llegó al país procedente de Hollywood, Clara, hija de Masilotti, acompañada de su hermana menor y con el mapa en sus manos. Sin saberlo se convertiría en una celebridad durante varios años. El documento fechado en 1846 detallaba un antiguo sistema de defensa por túneles en Montevideo. Hablaban del tesoro y explicaba en un pormenorizado (pero desactualizado) mapa dónde estaba guardado el mismo. 
Esos túneles tomaron de sorpresa al personal municipal, que desconocía la existencia de muchos de ellos. Gracias a las excavaciones de Clara los mismos fueron viendo la luz después de casi un siglo de oscuridad. Lo que no está documentado que estos túneles fueran de una fortificación o de un recinto perteneciente a la defensa de Montevideo. De hecho, sus características arquitectónicas hacen pensar más en contrabando que en algo militar, ya que prácticamente no tenían ventanas, y las que habían no proporcionan ninguna ventaja desde el punto de vista estratégico para un eventual combate. No fueron usados en las invasiones inglesas, por ejemplo, como sí se registró que fue usado el túnel subterráneo que conecta el Cabildo de Montevideo con el Dique Mauá, un túnel angosto aún existente, decorado con azulejos valencianos y hoy tapeado bajo riesgo de derrumbe.
Este tema no es menor, Montevideo está horadada por decenas de túneles subterráneos de la época de la colonia. Si bien no hay inventarios oficiales que los registren, los edificios más importantes de la época colonial estaban conectados bajo tierra. El Cabildo, la Catedral, el actual Ministerio de Transporte y Obras Públicas, la Plaza Independencia, la Zabala y el Ministerio de Relaciones Exteriores están todos interconectados. Muchos de ellos no tenían originalmente la función que hoy tienen sino que eran fuertes o fábricas importantes del 1800.
Otros túneles no son eso sino que forman parte de la red cloacal de Montevideo, que en 
en 1856 gracias a Juan José Arteaga fue la primer ciudad sudamericana en contar con una.
Esos túneles hechos sin demasiados elementos tecnológicos más que un lápiz, un papel y unas palas siguen en uso actualmente, a 150 años de su creación. Incluso alguno de estos actúa como encofrado para alguna cañadita sobre la que fue construida el casco urbano. Montevideo no es ajeno a la orografía uruguaya: tiene muchas cañadas escondidas. Algunas de estas salen a tierra en los pozos de agua que tapizan la ciudad y no son raros en barrios como la Aguada, Parque Rodó o Barrio Sur. El Bar Barbacana por ejemplo, en Requena y Canelones, aún usa el agua del aljibe para limpiar. Por los años 70 los Tupamaros consiguieron planos de la red cloacal de Montevideo y los usaron para escapar de los militares. Si esto les interesa dejo una nota al respecto.
Yo mismo me metí un día, aburrido, en el túnel de 8 de octubre. Construido por la IM e inaugurado en 1961. 

Las búsquedas

En plena búsqueda, al lado del Panteón
El mapa con indicaciones para encontrar el tesoro tenía algunas inscripciones en árabe y un par de dibujos orientativos con claves para identificar el paradero de las reliquias. Las mismas estaban cerca o dentro mismo del cementerio. La iglesia católica puso el grito en el cielo y calificó de profanación las excavaciones en suelo sagrado. Se creó una grieta entre quienes apoyaban a la iglesia, y otros que seguían de cerca a las hermanas. Tras varias semanas, la justicia falló a favor de esas turistas norteamericanas que decían que había un tesoro bajo la ciudad de Montevideo, y comenzaron las excavaciones sobre el lado oeste del cementerio
Estuvieron dos semanas haciendo pozos. Aún están enterradas en el cementerio las mechas usadas durante las excavaciones y si uno recorre el lugar con calma va a ver que en donde se hicieron los pozos fueron cambiadas las baldosas, por eso el piso del cementerio tiene irregularidades en los diseños decorativos, cicatrices. Cuentan que durante las búsquedas se perdió un trabajador y otro cayó dentro de un pozo y terminó sobre unos cadáveres.
La atención concitada por el caso hizo que hasta el mismísimo Juan José de Amezaga, Presidente hasta hace menos de 10 años, se ofrezca para ser abogado de las hermanas. 
El tesoro nunca apareció. Leyendas urbanas comenzaron a hablar de que sí había aparecido pero se lo habían robado funcionarios municipales, otros dijeron que apareció y las hermanas dijeron que no.
En 1956 volvieron a excavar por segunda vez. Encontraron unas marcas que correspondían con las que según los mapas se encontraría: Un pez de dos cabezas, por ejemplo con la palabra “tesoro” escrita crípticamente en el dibujo de su cuerpo.
Como había caracteres árabes se habló de “esfinge
Comenzaron a llegar cartas dirigidas a las Masilotti, la gente las mandaba al cementerio mismo. En las cartas los montevideanos sugerían alternativas para la búsqueda, expresaban sus deseos, o se mostraban ofendidos ante la profanación del campo santo.
El tesoro seguía sin aparecer. Ahora las leyendas urbanas decían que dos trabajadores del cementerio lo encontraron y se dieron a la fuga con él, escapando del país con reliquias valuadas en cinco millones de dólares de la época.
En 1962 se llevó adelante otra excavación a pedido de uruguayos que decían que Masilotti miraba mal los mapas porque no conocía la ciudad y no sabía interpretar las calles mencionadas en los mismos. Supuestamente el dato clave para esta búsqueda era que el tesoro estaría bajo una tumba de 8 mártires, y en esa tumba habría una inscripción en árabe rezaría "Dios la guarde, y dios guarde su aventura". La inscripción la encontraron, excavaron pero nada.
Hay historias para todos los gustos. También hay quien cuenta que fue hallado por unos libaneses que compraron un bar en la proa de Ejido y Gonzalo Ramírez, de donde se los veía salir con bolsas de tierra todos los días.
Otra leyenda dice que había una carbonería al lado del cementerio, comprada por unos empresarios que la convirtieron en una fábrica de jabones. Al construir la fábrica encontraron túneles, y al recorrerlos dieron con el tesoro. 
Todo esto es fantasía, eh, no existe ni un documento que lo avale.
La Buena Estrella
En honor a su suerte, le pusieron a la fábrica “la buena estrella” y le pusieron como logo una estrella de cinco puntas relativa a la masonería, para recordar a Garibaldi. Un hermano de los dueños de la fábrica tenía una joyería sobre la calle 25 de mayo, entonces la teoría para muchos se confirma por esto
Aparte eran judíos, y ustedes saben muy bien que siempre que se le pueda echar la culpa de algo a un judío se lo hace. Daniel Fernández Strauch, sobreviviente de la tragedia de los Andes, es parte de esa familia, y ha contado que según sabe ese tesoro nunca existió, o por lo menos no en su familia.
Sobre porqué no fue encontrado, se dice que una vez construida la rambla, y luego de un temporal (1923) desaparecieron pequeñas bahías entre Ejido y lo que hoy es la playa Ramírez. Ese terreno ganado al mar significó perder dos playas (la de San Patricio y la de Santa Ana) y se teoriza que en un túnel bajo las mismas es donde finalmente se pudo haber escondido el famoso tesoro. Vecinos señalan una puerta antigua sobre la calle Viana, en el costado oeste. Allí, frente a una canchita de básquetbol existe la boca de un túnel en dirección al cementerio, está tapeado, antes había una reja, y si se golpea suena a hueco.
En 1970 las Masilotti quisieron buscar de nuevo. Su abogado murió unas semanas antes de que puedan comenzar y hay quienes hablan de un asesinato nunca resuelto en esta muerte. En declaraciones a la prensa las Masilotti dijeron que lo que sea que encuentren era de su familia. Jerarcas del Gobierno se adelantaron a responder que “si está en suelo uruguayo, el tesoro es uruguayo”, y ya entraban a arrancarse los pedazos por un tesoro que nadie había visto... Medios de prensa del momento culparon a quienes eran cartón ligador en ese momento: el MLN Tupamaros. Sí, los tupas se habían robado el tesoro y mataron al abogado de las Masilotti para que no se descubra el robo, decían. Esto coincidió con el ejército tapeando varios de los túneles existentes bajo Montevideo para evitar que los “subversivos” organicen su resistencia al mejor estilo vietnamita, bajo tierra.
Otra teoría, más cercana en tiempo, dice que el tesoro fue encontrado en 2013 por Campiglia, la empresa que demolió la fábrica de jabones y construyó tres edificios frente al cementerio, llamados Estrella del sur. Los obreros que trabajaron en la demolición comentaron que vieron túneles. Uno de ellos iba en dirección al cementerio y sería el mismo que desde mediados del siglo XX se dijo que atravesaba el Cementerio Central.

Comentarios

Gastón ha dicho que…
Es muy interesante la reseña que hacés. Personalmente, creo que el tesoro todavía está allí, en el Cementerio Central. Te dejo el link donde resumo mi propia investigación aquí: Tesoro de las Masilotti
Saludos.
Idiotecario ha dicho que…
Gracias por el comentario. Miro tu post! Saludos!

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