Extraños frutos...
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La expresión Strange Fruit se estableció como símbolo, y obviamente refiere al cuerpo de un negro que cuelga de un árbol.
La letra obtiene su fuerza emocional de confrontar la imagen bucólica del sur norteamericano con la realidad de los linchamientos. En la segunda estrofa por ejemplo, se dice: idílica escena del galante Sur/ los ojos abultados, la boca torcida/ el aroma de las magnolias, dulce y fresco/ y de pronto el olor de la carne quemada.
Hacia el final de la esclavitud y la reconstrucción el racismo en Estados Unidos era un fenómeno cotidiano.
La Corte Suprema de los Estados Unidos aprobaba la separación racial bajo la máxima separados pero iguales, pero en la práctica era infrecuente que se diese el pero iguales.
Según las conservadoras estimaciones del Tuskegee Institute, entre 1889 y 1940 se lincharon 2.833 personas, el 90% en Estados del sur y cuatro quintos eran afroamericanos.
A menudo no era necesario que la causa fuera un crimen sino que se lo hacía para que los negros sean sumisos.
En 1939 una encuesta en la región mostró a seis de cada diez blancos aprobando los linchamientos.
Strange Fruit le reportó fama mundial a Holiday: ella ya no era sólo una mujer que seducía al público, era capaz de convulsionarlo. Si bien llegó a cantarla Frank Sinatra, la versión de Holiday siempre se vinculó sentimentalmente de otro modo con Strange Fruit.
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