Historia de los payasos

Capusotto como Corona (Joker) en la película Kryptonita

Generalmente vestidos de forma extravagante, tapados de maquillaje y con pelucas llamativas, los payasos, bufones, saltimbanquis, mimos y arlequines cumplen con una función social que, además del entretenimiento, incluye la crítica social. Sus ropajes marcan un distanciamiento de la realidad y potencian el efecto que suelen buscar los monólogos y rutinas creados por estos, que no es otro que un efecto de destaque: llamar tu atención.
"El bufón Calabacillas", (1635 - 1639). Óleo sobre lienzo de Velázquez

Hay registro de payasos desde el 2.500 aC en Egipto. Llegado el S II AC ya era un oficio ser payaso. Hoy ya hasta hay cursos para serlo. El bufón tenía un tinte distinto, solían ser enanos o personas con alguna malformidad física, como los que representaba el mítico pintor español Diego Velázquez.
Pero en todos los casos, además de sus habilidades histriónicas o burlescas, tenían el privilegio de poder decir lo que nadie podía decir. Al haber humor de por medio se creaba una suspensión de la credulidad entre el que hace reír y el que ríe: "es una broma". Y eso permitía que el bufón diga cosas que otros no, porque el concepto de humor autorizaba esa idea. Es entonces que con esa excusa te podían decir cualquier cosa
Además, el personaje humaniza al rey, lo iguala a sus súbditos, porque no hay nada más democrático que el humor, que impacta tanto en el plebeyo como en el cortesano.
Ese papel social lo convirtió durante mucho tiempo en un personaje respetado, que a menudo permea la naturaleza del poder, cuestionándolo y hasta ofendiéndolo. Hay en el payaso atribuciones que no hay en otros integrantes de la sociedad. 
"Pildorita"
Los bufones solían integrar la corte aunque no vivían en el castillo. Iban a cantinas donde preparaban y ensayaban sus rutinas, además de dejar claro que ese era su origen social. Están asociados históricamente a los desposeídos, esa es la voz que representan.
Suelen generar miedo, "coulrofobia". Su apariencia generalmente trata de deshumanizarse lo más posible para enfatizar esa separación entre la realidad y la ficción inherente al humor, la ya citada suspensión de la credulidad.
Y esto se potenció a partir de John Wayne Gacy, un asesino serial que mató más de 30 personas durante los 70. La idea de payaso asesino nació porque John solía componer a "Pogo", un payaso que alegraba distintos desfiles y reuniones sociales, casi siempre de forma honoraria. A eso se suma que, en poesía, componer un personaje que hace reír y daña en iguales cantidades es una pieza fuerte, cualquier personaje que tenga contradicciones evidentes tiene más fuerza, nos enseñan los manuales compositivos.
Gwynplaine
Tal vez el "Joker" de Batman sea el ejemplo más conocido de un payaso. Se inspira en Gwynplaine, personaje del libro "El hombre que ríe". Cuenta la historia de un niño que fue vendido por sus padres y al que le cortaron los pómulos desde el vértice de sus labios para formar una sonrisa. Luego convirtido en saltimbanqui, Gwynplaine no era un psicópata, era un tipo lucido que cuestionaba el orden social, pero no un asesino. Esa desfiguracion de la cara, que le produce una sonrisa permanente, está en el Joker, y por eso se supone la influencia.

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